viernes, 25 de febrero de 2011

Me gustaría empezar a teclear y no detenerme.


Que del continuo pulsar de teclas,
saliese el más bello de los relatos.
Un relato de tristeza, risas y final feliz.
Como en aquellos cuentos donde un beso casto,
levanta a la más bella y dulce de las damas.


O en aquellos otros relatos de domingo,
en el que él desgraciadamente diferente,
consigue la más normal de las victorias,
el éxito.

Por personajes, viejos conocidos.
En situaciones otrora vividas.
El viejo verde conserje, la rubia tonta
y el ambicioso triunfador de humilde abolengo.


Gracias al arte de imaginar tecleando,
tu antiguo profesor, ahora es villano.
El rostro de la princesa, el de tu primer amor

y por coche, aquel que siempre anhelaste, mas no pudiste tener.

Y al final la ansiedad,
De ver de reojo el FIN del cuento.
Y pausar adrede el ritmo de la lectura,
para así continuar disfrutando de las imágenes,
paisajes, voces y rostros que tu mente ha ido hilvanando y creando.

Y así es como terminaría ese cuento,
de continuo teclear.
En la inmediata nostalgia y el seguir soñando.


FIN


A. A. A